VITAMINAS PARA EL ALMA: SALIR DE LA MEDIOCRIDAD.
La mediocridad nos divide por dentro y nos ciega en nuestra comodidad y pereza, sin oír en el más profundo centro aquellas palabras de Cristo que llevaron a hombres y mujeres a romper con ella y lanzarlos a metas imperecederas: ”Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5,48).